Mercuria Energy Group Ltd., un comerciante de materias primas, firmó un contrato con un proveedor turco el verano pasado para comprar 36 millones de dólares en cobre. Sin embargo, cuando los cargamentos llegaron a China, todo lo que descubrieron fueron contenedores llenos de rocas pintadas.
La saga se desarrolla como un drama de pandillas, con la casa comercial suiza alegando el robo de cargamentos como sospechoso. Alrededor de 6.000 toneladas de cobre blíster en más de 300 contenedores fueron reemplazadas por adoquines dentados pintados con aerosol para imitar el metal semirrefinado antes de que comenzara el viaje desde un puerto cerca de Estambul a China.
Además, cuando se aplican procedimientos de vigilancia e inspección, los comerciantes de productos básicos son vulnerables al fraude, como demuestra este extraño caso.
En relación con el sistema de cobre falso, la policía turca arrestó a 13 personas. Mercuria, uno de los cinco principales operadores independientes de petróleo del mundo, está demandando a Bietsan, el proveedor de cobre, tanto en los tribunales turcos como en el caso de arbitraje del Reino Unido. También ha presentado un caso penal formal ante la policía y las autoridades turcas, acusándolas de sustitución de carga y robo de seguros, y depende de ellos averiguar quién es el culpable.
Varias llamadas telefónicas a las oficinas de Bietsan en Tekirdag no fueron respondidas.
«Se ha detenido a sospechosos que se cree que están involucrados en las diversas partes de este crimen organizado contra Mercuria», dijo Mercuria, con sede en Ginebra, en una declaración escrita, agradeciendo a la Agencia de Delitos Financieros de Estambul.
Se utilizaron registros judiciales, entrevistas y relatos de los medios de comunicación para vincular el caso.
La historia completa
Según Sinan Borovali, el abogado turco de la casa comercial, Mercuria decidió comprar cobre a Bietsan, un comerciante turco con el que había hecho negocios anteriormente. El cobre parece haber sido cargado en el primer envío de contenedores antes de ser inspeccionado por un tercero. A continuación, los contenedores se sellaron para disuadir el robo.
Sin embargo, se sospecha que los contenedores se abrieron en la oscuridad y el cobre se reemplazó con adoquines, según Borovali, del bufete de abogados KYB de Estambul. Para evitar ser detectados, los estafadores alternaron entre sellos de contenedores falsos y genuinos.
Lo mismo sucedía cada pocos días cuando los barcos salían de la terminal de Marport en el puerto de Ambarli: el cobre se descargaba silenciosamente por la noche y se reemplazaba con rocas pintadas. Borovali explicó: «Así es como lo hicieron».
Según los registros entregados a los investigadores turcos por Mercuria, el comerciante de materias primas cobró 36 millones de dólares en cinco cuotas mientras los buques estaban en el mar, y el pago final se realizó el 20 de agosto de 2020. La estafa se descubrió más tarde ese mes, cuando los barcos comenzaron a atracar en el puerto chino de Lianyungang. Los ocho barcos se dirigían a China en ese momento.