David Yáñez, cofundador de la startup Vortex Bladeless, inventó la turbina eólica sin palas, una pieza de maquinaria vertical y simple y delgada que oscila para recolectar la energía cinética del viento en lugar de girar o girar.
Afirma que convierte esa energía en electricidad a aproximadamente el 30% del costo de las fuentes de energía eólica tradicionales.
«Lo que queremos hacer es intentar descubrir un nicho que la energía eólica tradicional no llena lo suficiente», explicó Yáñez mientras estaba de pie junto a un prototipo oscilante de 2,75 metros sin aspas instalado en el campo a las afueras de Ávila, España, donde tiene su sede Vortex Bladeless.
«El nicho… Percibimos que podría ser el sector eólico pequeño, ya que la falta de mantenimiento, la dependencia del petróleo y el bajo costo podrían ser los componentes que hacen de esta noción un buen instrumento para distribuir energía, creando energía en el punto de consumo».
Yáñez era un estudiante de ingeniería en 2012 cuando vio un video del colapso del puente Tacoma Narrows en el estado de Washington en 1940. Se inspiró para crear su invento después de presenciar cómo el desafortunado puente oscilaba en una tormenta.
Vortex Bladeless se creó en 2015, y Yáñez y su equipo han estado trabajando para desarrollar la turbina sin aspas con la esperanza de comercializarla.
Su diseño original ha evolucionado desde entonces, y actualmente están trabajando en prototipos que miden 2,75 metros y 85 centímetros y están pensados para su uso en zonas urbanas.
No hace ruido
Las turbinas eólicas Vortex Bladeless se pueden utilizar solas o en conjunto con paneles solares.
Los paneles solares podrían proporcionar energía durante el día y cuando no hay mucho viento. Según Yáñez, cuando el viento se levanta por la noche, la turbina eólica sin aspas puede entrar para ofrecer electricidad las 24 horas del día.
«El entorno urbano parece encajar muy bien con este concepto para todas aquellas regiones urbanas que no tienen tanto recurso solar como España y el resto del área mediterránea», añade Yáñez.
Además, no produce ruido y requiere poco mantenimiento en comparación con los aerogeneradores tradicionales, afirma.
Según el CEO Rodrigo Ruperz, los prototipos actuales de la empresa también pueden ser útiles en entornos más remotos.
«Creemos que hay un nicho de mercado que aún no se ha creado», dijo Ruperz en la Universidad de Salamanca, donde un modesto prototipo de 85 centímetros está montado en la parte superior de uno de los edificios.
La humedad y la sal no lo oxidarán
Yáñez espera que su invento se utilice en la industria eólica marina a largo plazo.
«Esta tecnología puede tener una ventaja porque no contiene elementos que puedan oxidarse por la humedad o la sal, y quizás este espacio sea el más adecuado para ello», dijo.
Actualmente, Vortex Bladeless cuenta con cinco familias de patentes en todo el mundo, y Yáñez estima que podrían comercializar sus prototipos en un plazo de 12 a 18 meses con el inversor adecuado.
Los diseños anteriores de turbinas eólicas sin aspas incluyen el Convertidor de Energía Eólica Electrostática de la Universidad de Delft y el «árbol de viento» Aeoleaf de la firma francesa New World Wind.